- Lima suavemente: Utiliza una lima de uñas para eliminar el brillo superficial. No necesitas aplicar mucha presión; simplemente, suaviza la superficie.
- Empapa las uñas: Llena un recipiente con acetona o un removedor de esmalte de gel. Sumerge tus uñas en el líquido durante unos 10-15 minutos. Esto ayudará a aflojar el gel.
- Retira el gel: Usa un palito de naranjo o un empujador de cutículas para suavemente raspar el gel ablandado. Comienza desde la base de la uña y avanza hacia la punta. Si encuentras resistencia, no fuerces; vuelve a sumergir la uña en el líquido.
- Hidrata tus uñas: Después de retirar el gel, enjuaga tus manos con agua tibia y aplica aceite de cutícula o crema hidratante para nutrir tus uñas y cutículas.
- Evita arrancar el gel: No intentes arrancar el gel con fuerza, ya que podría dañar tus uñas naturales. Siempre opta por un proceso suave y gradual.
- Finaliza con un pulido suave: Utiliza una lima de uñas para pulir ligeramente la superficie de tus uñas. Esto ayudará a que el esmalte se adhiera mejor en la próxima aplicación.